Con la inminente llegada de un bebé a casa comienzan a surgir infinidad de dudas sobre cómo actuar ante la nueva situación.
El perro es un animal de rutinas y multitud de cambios están por venir. Por ello, anticiparnos será la clave del éxito. Desde el momento que recibimos la noticia debemos ir preparándolo para que no sea un cambio brusco para él.
Especialmente los primeros meses de vida del bebé, nuestro tiempo estará limitado y por tanto ello influirá en sus paseos. Podemos ir reduciendo progresivamente la duración de éstos pero sin olvidar que ellos también viven con nosotros y es responsabilidad nuestra que esté bien atendido.
También debéis enseñale a no tirar de la correa durante los paseos. Con el carrito ya no contáis con las dos manos para controlarlo. No seáis bruscos con él. El aprendizaje lleva su tiempo. Si no veis resultados contacta con un educador canino.
Por otro lado, si está acostumbrado a subir a la cama y al sofá y no lo vas a permitir, asigna un lugar agradable de la casa para ponerle su camita.
La parte que más os suele preocupar es la presentación. Para ayudarle a reconocer al bebé en la primera toma de contacto, permitidle olisquear su ropa y enseres durante los meses previos. La primera impresión debe ser positiva para él. Por ello, cuando entréis en casa con el bebé, dejad que lo huela y felicitadle si todo ha ido bien. Si por el contrario tiene una reacción agresiva, debéis trabajar todos los días con él acercándolo de manera gradual. Es esencial ser pacientes pues son muchos cambios a la vez.
Para mayor seguridad, es recomendable que no permitáis lamer la cara del pequeñ@ durante al menos los primeros meses de vida puesto que su sistema inmune aún es muy débil. Además, las desparasitaciones internas y externas son importantes tanto para niñ@s como para adultos puesto que los parásitos son contagiosos.
Aunque penséis que vuestro perro es incapaz de hacer daño al bebé, recomiendo no dejarlos solos sin la supervisión de un adulto hasta que el animal se acostumbre. Sus instintos pueden jugaros una mala pasada.
En definitiva, la relación de un niñ@ con su perro puede ser muy positiva y altamente recomendable. Ambos son parte de la familia y sólo has de educarlos a ambos para que se respeten y aprendan juntos.
María Morales Martínez
Educadora y terapeuta canina
2 Comments
Excelente articulo!!
Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado!